Textos Claves: Génesis 1:1-3; 1 Corintios 12:12-25; Hechos 2:41-47; 6:3-7; 12:5, 12-18; 16:9, 10; 16:14, 15.
Por: Josué Vera Guzmán
En algunas partes del mundo, los Grupos pequeños forman la base de la educación espiritual y el alcance de la iglesia. En otras partes del mundo, hay pocos, si alguno, Grupos pequeños en las congregaciones locales. Los Grupos pequeños se describen a lo largo de las Escrituras en una variedad de formas. Aunque se detallan en Éxodo como parte del plan organizativo de Moisés para Israel, son un eje principal del testimonio del Nuevo Testamento tanto en el ministerio de Jesús como en la iglesia del primer siglo.
Una idea de Dios: el primer grupo pequeño.
Antes de crear este mundo, los tres componentes de la Deidad se reunieron en un grupo pequeño con un propósito: planificar y ejecutar la creación de los seres humanos y de su entorno.
Incluso desarrollaron un plan alternativo para el caso de que la humanidad se apartase de Dios: el Plan de Redención (1 Ped. 1:18-20; Mt. 25:34; Ap. 13:8).
El Consolador que Cristo prometió enviar después de ascender al cielo, es el Espíritu en toda la plenitud de la Divinidad, poniendo de manifiesto el poder de la gracia divina a todos los que reciben a Cristo y creen en él como un Salvador personal. Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre de estos tres grandes poderes —el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo– son bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe, y esos poderes colaborarán con los súbditos obedientes del cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida en Cristo (El evangelismo, p. 446).
Grupos pequeños en el Antiguo Testamento.
Al salir de Egipto, Moisés dividió a Israel en campamentos (por tribus) y carpas (por familias). Posteriormente, Jetro le propuso un plan de divisiones en grupos cada vez más pequeños, de 1.000, 100, 50 y 10 personas.
Cada pequeño grupo de 10 personas estaba dirigido por un líder piadoso y permitía prevenir problemas, cultivar la vida espiritual, establecer relaciones estrechas y afectuosas… Era –y es– un método efectivo para el compañerismo, el crecimiento espiritual y la resolución de problemas.
Dios dio a Moisés instrucciones especiales para el manejo de su obra. Le ordenó que se relacionara con hombres para que fueran sus consejeros, para que sus responsabilidades pudieran ser aliviadas. Por medio de Jetro recibió el siguiente mensaje: «Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. Además, escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo…Este consejo es para nosotros. Debe ser escuchado (Testimonios para los ministros, pp. 340, 341).
Grupos pequeños en el Nuevo Testamento.
Jesús mismo estableció el primer grupo pequeño del NT al elegir a doce apóstoles.
Recibieron una enseñanza práctica, crecieron espiritualmente, y fueron capacitados para usar sus dones en la predicación efectiva del evangelio.
En la época apostólica, el núcleo de la iglesia lo formaban grupos pequeños que se reunían en casas particulares (Hch. 12:12; Ro. 16:5; 1Co. 16:19; Col. 4:15; Flm. 2).
También se organizaron pequeños grupos de evangelización donde cada uno aportaba su propia experiencia y se apoyaban en la obra. De este modo, el evangelio se propagó por todo el mundo conocido (Hch. 15:39-41; 20:4; Ro. 15:19).
Deben hacerse para los pequeños grupos que aceptan la verdad arreglos tales que aseguren la prosperidad de la iglesia. Puede designarse a un hombre para que dirija durante una semana o un mes, luego a otro dirigente durante algunas semanas; y así diferentes personas serán alistadas en la obra (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 582, 583).
B. Participando en grupos pequeños:
Organización de grupos pequeños.
El cuerpo está formato por células individuales agrupadas en miembros u órganos organizados en sistemas. Cada célula tiene su función dentro del miembro y cada miembro su función dentro del sistema, y cada sistema su función dentro del cuerpo.
Todos ellos están interrelacionados y funcionan de forma armónica. Así es la iglesia, el cuerpo de Cristo. Si cada miembro trabaja dentro de un grupo pequeño será más difícil desanimarse y más fácil cumplir sus objetivos.
Los creyentes corintios, una vez tan propensos a perder de vista su alta vocación en Cristo, habían desarrollado fuerza de carácter cristiano. Sus palabras y hechos revelaban el poder transformador de la gracia de Dios, y eran ahora una poderosa fuerza para el bien en ese centro de paganismo y superstición. En la asociación de sus amados compañeros y estos fieles conversos, el cansado y turbado espíritu del apóstol halló reposo (Los hechos de los apóstoles, p. 299).
Los dones de cada uno determinarán en qué grupo o grupos pueden interactuar de manera más efectiva para que el cuerpo pueda crecer y cumplir su misión.
Dinámicas en los grupos pequeños.
Los grupos pequeños son un vehículo que Dios usa para hacer crecer a su iglesia, nutriendo su fe y capacitándola para dar testimonio de Jesús.
Debemos celebrar reuniones con el fin de orar, para pedir al Señor que abra el camino para que la verdad penetre en las fortalezas donde Satanás ha puesto su trono; y que disperse la sombra que él ha interpuesto en el sendero de los que procura engañar y destruir. Tenemos la seguridad: «La oración eficaz del justo puede mucho». Santiago 5: 16.
Cada grupo puede tener dinámicas distintas en función de sus objetivos, teniendo todos como objetivo máximo guiar a las personas a Jesús.
Cada iglesia debe buscar la manera de crear pequeños grupos con objetivos específicos según su idiosincrasia particular.
Conclusión
Cada miembro de la iglesia es de vital importancia. Cada uno ha sido dotado para el servicio dentro del cuerpo. Los Grupos pequeños se convierten en el vehículo que Dios usa para direccionar el testimonio de cada miembro para el bien de todo el cuerpo. Estos grupos interrelacionados, con diferentes roles y responsabilidades, proporcionan la base de una iglesia saludable. La participación en un grupo pequeño fomenta el compromiso cristiano, la responsabilidad y la rendición de cuentas. El cristianismo no es un acto en solitario, somos cristianos en la comunidad, contribuyendo mediante el uso de nuestros dones en y para la comunidad.
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