Lección 1 - Escuela Sabática 2025: "La fórmula del éxito" | Comentario y Reflexión


Textos ClavesDeuteronomio 18:15-22; Josué 1; Hebreos 6:17, 18; Efesios 6:10-18; Salmo 1:1-3; Romanos 3:31.


    El pueblo de Israel se encontraba en un momento decisivo: Moisés, el gran líder, había muerto, y ahora Josué debía guiar a la nación hacia la conquista de la tierra prometida. Era una tarea inmensa, llena de incertidumbres y peligros. ¿Cómo podría un hombre reemplazar al líder más grande de Israel? En ese escenario, Dios mismo se acerca a Josué y le revela el secreto para tener éxito: ser fuerte, obedecer Su Palabra y confiar en Sus promesas.

Hoy, como iglesia y como individuos, también enfrentamos desafíos y decisiones que parecen más grandes que nosotros. Esta lección nos recuerda que el éxito verdadero no depende de nuestras fuerzas, sino de caminar con Dios.


1. El éxito definido por Dios

La sociedad mide el éxito en, logros materiales, influencia o títulos. Pero para Dios, el éxito se mide en obediencia. Él le dice a Josué: “Como estuve con Moisés, estaré contigo” (Josué 1:5). El éxito de Josué no vendría de su capacidad militar, sino de la presencia de Dios en su vida.

Así también, nuestra victoria hoy no depende de nuestros recursos, sino de tener al Señor en el centro. Mateo 6:33 – “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia…”

 

2. El llamado a la valentía

Dios repite varias veces: “Sé fuerte y valiente” (Josué 1:6,7,9). La valentía que Dios pide no es ausencia de miedo, sino confianza en que Él está al control. Israel necesitaba un líder que, aun con temores, avanzara confiando en las promesas.

En nuestra vida, hay momentos en los que Dios también nos pide avanzar aunque no tengamos todas las respuestas, confiando en que Él va delante de nosotros. Isaías 41:10: “No temas, porque yo estoy contigo…”


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3. La centralidad de la Palabra

La fórmula del éxito incluía una condición clara: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley… medita en él de día y de noche” (Josué 1:8). El secreto estaba en la comunión diaria. Josué debía guiar al pueblo según la Ley de Dios, no según su opinión.

Del mismo modo, nosotros solo encontraremos dirección y sabiduría cuando hagamos de la Palabra nuestro alimento diario. Salmos 1:2-3: “…será como árbol plantado junto a corrientes de aguas…”

 

4. El pacto que sostiene la misión

Dios no solo le da una orden, sino que lo respalda con una promesa: la tierra que conquistarán es parte del pacto eterno con Abraham. El éxito de Israel era la confirmación de que Dios es fiel a Su palabra.

Nosotros también podemos confiar en que cada promesa del Señor se cumplirá en su tiempo. Nuestro éxito no es producto del azar, sino de caminar bajo el pacto de Su gracia. Deuteronomio 28:1-2 – “Si oyeres atentamente la voz de Jehová… vendrán sobre ti todas estas bendiciones…”

 

5. El propósito del éxito

La tierra prometida no era un fin en sí mismo, sino el medio para que Israel fuera luz a las naciones. El verdadero éxito no es personal ni egoísta; es cumplir la misión de Dios. Hoy, nuestro éxito como iglesia y como creyentes se resume en una cosa: anunciar el evangelio de Cristo al mundo.

Todo logro cristiano tiene sentido únicamente cuando glorifica a Dios y bendice a otros. Mateo 28:19-20: “Id y haced discípulos a todas las naciones…”

 

Conclusión

Josué no tenía todas las respuestas, pero sí tenía la fórmula del éxito: fe, obediencia y comunión diaria con Dios. Esa misma fórmula sigue vigente para nosotros. El Señor no nos promete ausencia de problemas, pero sí Su presencia constante: “Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:9).


El poderoso Dios de Israel es nuestro Dios. En él podemos confiar, y si obedecemos sus requerimientos, obrará por nosotros tan señaladamente como lo hizo por su antiguo pueblo. Todo el que procure seguir el camino del deber se verá a veces asaltado por la duda e incredulidad. El camino estará a veces tan obstruido por obstáculos aparentemente insuperables, que ello podrá descorazonar a los que cedan al desaliento; pero Dios les dice: Seguid adelante. Cumplid vuestro deber cueste lo que costare. Las dificultades de aspecto tan formidable, que llenan vuestra alma de espanto, se desvanecerán a medida que, confiando humildemente en Dios, avancéis por el sendero de la obediencia (Historia de los patriarcas y profetas, p. 466).

 

Aplicación a la vida

¿Quieres tener éxito en tu familia, en tu trabajo, en tu ministerio? No se trata de alcanzar lo que el mundo llama triunfo, sino de vivir fielmente bajo la guía de la Palabra. Esta semana Dios te invita a ser fuerte y valiente, a meditar en Su Palabra y a confiar en Sus promesas. Si lo haces, experimentarás el mismo éxito de Josué: vivir cada día bajo la victoria de Cristo.

Hoy decide confiar en la fórmula del éxito que viene de Dios. Haz de la Palabra tu guía, sé valiente en la fe y permite que tu vida sea un testimonio que glorifique al Señor.


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