La Biblia y la profecía

El reavivamiento de la Reforma Protestante se produjo como resultado directo del estudio de las emocionantes profecías de Daniel y Apocalipsis, y el redescubrimiento del método de interpretación historicista, derivado de sola Scriptura.

A El método de interpretación profética.
El método de interpretación historicista entiende que las profecías se cumplen a lo largo de la historia, en el presente y en el futuro.

Cuando aplicamos este método, podemos ver cómo Dios anunció la sucesión ininterrumpida de reinos desde Babilonia hasta nuestros días, a través del profeta Daniel (cp. 2, 7-12). 

A medida que hemos seguido la cadena de la profecía, se ha visto claramente y explicado la verdad revelada para nuestro tiempo. Somos responsables de los privilegios que disfrutamos y de la luz que resplandece sobre nuestra senda. Los que vivieron en generaciones pasadas fueron responsables de la luz que se dejó brillar sobre ellos. Su mente se preocupó con respecto a diferentes puntos de La Escritura que los probaban. Pero no comprendían las verdades que nosotros comprendemos. No fueron responsables de la luz que no recibieron. Tuvieron la Biblia como nosotros; pero el tiempo en que debía revelarse la verdad especial relacionada con las escenas finales de la historia de esta tierra había de coincidir con las últimas generaciones que iban a vivir en la tierra (Testimonios para la iglesia, t. 2, pp. 609, 610).


B La línea de tiempo de la profecía: 
    
El principio “día por año”.

— El principio “día por año” o “semanas de años” indicado en Levítico 25:8, Números 14:34 o Ezequiel 4:6, entre otros, indica que los periodos proféticos implican años en lugar de días cuando cumplen algunos requisitos:

Se encuentran insertados entre elementos simbólicos (bestias, cuernos, etc.)

Los acontecimientos anunciados encajan en periodos de tiempo más largos que los días indicados (p.e. 1.200 días de dominio papal).

No están expresados en la forma habitual (p.e. “medio tiempo”, “tardes y mañanas”, meses de 30 días).

En la profecía, un día representa un año. Ver Números 14:34; Ezequiel 4:6. Las setenta semanas, o cuatrocientos noventa días, representaban cuatrocientos noventa años. Y se había dado un punto de partida para este período: «Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas», (Daniel 9:25) sesenta y nueve semanas, es decir, cuatrocientos ochenta y tres años. La orden de restaurar y edificar a Jerusalén, completada por el decreto de Artajerjes Longímano, (ver Esdras 6:14; 7:1, 9) entró a regir en el otoño del año 457 antes de C. Desde ese tiempo, cuatrocientos ochenta y tres años llegan hasta el otoño del año 27 de J. C. Según la profecía, este período había de llegar hasta el Mesías, el Ungido. En el año 27 de nuestra era, Jesús, en ocasión de su bautismo, recibió la unción del Espíritu Santo, y poco después empezó su ministerio. Entonces fue proclamado el mensaje: «El tiempo es cumplido» (El Deseado de todas las gentes, p. 200).


Identificación de los símbolos.

— Daniel 7 muestra una división de la cuarta bestia en 10 reinos y el surgimiento de un “cuerno pequeño” muy especial:

Caen ante él tres reinos.

Habla contra el Altísimo.

Persigue a los santos durante 1.260 años.

Intenta cambiar los tiempos y la ley.

— Esto define a este cuerno como un poder político-religioso que surge de Roma (pero sigue siendo Roma). 

El papado es precisamente lo que la profecía declaró que sería: la apostasía de los postreros días. 2 Tesalonicenses 2:3, 4. Forma parte de su política asumir el carácter que le permita realizar mejor sus fines; pero bajo la apariencia variable del camaleón oculta el mismo veneno de la serpiente (El conflicto de los siglos, p. 558).

— En Daniel 8 vemos a Roma simbolizada como un “cuerno pequeño” que conquista territorios, pero que también hace guerra contra los santos. Esta segunda fase pude ser identificada claramente con el “cuerno pequeño” del capítulo 7.

— Solo hay un poder político-religioso en la historia que pueda cumplir estos requisitos: el papado, cuya actividad abarca desde la Edad Media hasta el tiempo del fin.

El punto culminante de los eventos.

— Los eventos históricos desarrollados en Daniel 7-12 conducen a un punto culminante: el juicio y el reino dado a los santos (7:10, 27; 8:14; 12:1).

— Daniel 7:11 nos aclara que el juicio comienza mientras el “cuerno” todavía estaba activo.

— Daniel 8:14 y 9:24 nos indican el momento de su comienzo (la purificación del Santuario Celestial): 2.300 años después de 457 a.C., es decir, 1844 d.C.

— Finalmente, Daniel 12:1-3 nos dice lo que ocurrirá cuando el juicio se acabe: tras un breve tiempo de angustia, Jesús vendrá para darnos vida eterna. 

Daniel 7Daniel 8
Babilonia (león)No aparece en este capítulo
Medopersia (oso)Medopersia (carnero)
Grecia (leopardo)Grecia (macho cabrío)
Roma pagana (cuarta bestia)Roma pagana (el cuerno avanza horizontalmente)
Roma papal (cuerno pequeño)Roma papal (el cuerno avanza verticalmente)
C La profecía tipológica.

La profecía tipológica es la aplicación de hechos históricos reales a acontecimientos futuros o a verdades espirituales.

Por ejemplo, Juan el Bautista llama a Jesús “el Cordero de Dios” (Jn. 1:36). Así, aplica el símbolo del cordero que se sacrificaba cada día en el templo, al tipo de Jesús que, con su muerte, quita nuestros pecados.

Jesús usó la serpiente de bronce como símbolo de su muerte, y la historia de Jonás como símbolo de su estancia en la tumba (Jn. 3:14; Mt. 12:40).

Pablo usa muchas ilustraciones similares (1Co. 10:1-13; Gál. 4:21-31) para enseñarnos verdades espirituales aplicables a nuestra vida.

El Santuario terrenal construido por Moisés por orden de Dios de acuerdo con el modelo que se le mostró en el Monte, era «símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios»; que sus dos lugares santos eran «figuras de las cosas celestiales»; que Cristo, nuestro gran sumo sacerdote, es «ministro del santuario y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre»; y que «no entró Cristo en el Santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios». Hebreos 9:9,23; 8:2; 9:24 (La historia de la redención, pp. 394,395).


Solo hay una entidad que se ajusta a los criterios de las Escrituras y la historia: la Roma papal. También debemos reconocer que los otros dos métodos principales de interpretación, el preterismo y el futurismo, se originaron en Roma con el objetivo principal de rechazar la interpretación protestante durante la Contrarreforma. Este hecho plantea serias dudas sobre las principales iglesias protestantes actuales que han adoptado estos modelos católicos. Sin duda, esta situación apunta al cumplimiento de nuestra misión para proclamar el mensaje de los tres ángeles de llamar al pueblo de Dios a salir de la confusión de Babilonia, mientras todavía haya tiempo en la historia de la Tierra.

2 comentarios:

  1. Gracias por ayudarnos a estudiar más de Jesús y su palabra

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    1. Gracias a ud. me alegra leer este tipo de comentarios, hay que pasar el mensaje de Salvación! Muchas Bendiciones.

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