José, maestro de los sueños


    Aunque José es uno de los hijos de Jacob, se destaca como una gran figura patriarcal, similar a Abraham, Isaac y Jacob. De hecho, José ocupa más espacio en el libro de Génesis que cualquiera de los tres patriarcas.

A.       Problemas familiares Génesis 37:1-11.
Jacob finalmente “se estableció en la tierra” (Gén. 37:1, NVI). Sin embargo, mientras se instalaba en la tierra comenzaron los problemas, esta vez desde el seno de la propia familia. La polémica no se refiere a la posesión de la tierra nial uso de un pozo; básicamente es espiritual.

José, le contando a su padre acerca de la mala conducta de sus hermanos (Gén. 37:2). Parecía evidente que Jacob pensaba poner a José, primogénito de Raquel, por encima de todos sus hermanos (Gén. 37:3).

Para colmo, José tuvo dos sueños que lo colocaban claramente por encima de sus hermanos (Gén. 37:5-9). Jacob tampoco parecía contento con estos sueños, pero reflexionaba acerca de su posible cumplimiento (Gén. 37:11).

B.       El ataque a José. Génesis 37: 12-36.

Todo ocurrió rápidamente (Génesis 37:13-36).

— Jacob envía a José a ver a sus hermanos (13-14).

— “Casualmente”, un hombre encuentra a José y le indica dónde están sus hermanos (15-17).

— Al verle, sus hermanos deciden matarlo (18-20).

— Rubén intercede por José, con intención de salvarle (21-24).

— Judá propone un cambio de planes: venderlo en lugar de matarlo (25-28).

— Los hermanos engañan a Jacob, y le hacen creer que José está muerto (29-35).

— En Egipto, José es vendido a Potifar (36).

C.        Judá y Tamar. Génesis 38.

Judá se separó de sus hermanos, se casó, y tuvo tres hijos (Gén. 38:1-5). Er, el primogénito, se casó con Tamar. Entonces, Dios comenzó a actuar directamente contra la maldad de los hijos de Judá (Gén. 38:6-10).

Sin embargo, Dios no actuó contra Judá y Tamar cuando ambos actuaron de forma incorrecta (Gén. 38:11-18). Pero Judá reconoció su error, y Tamar fue considerada justa (Gén. 38:26). Dios transformó el mal en bien y, por gracia, redimió a Tamar.

D.       José esclavo en Egipto. Génesis 39.

José fue puesto al cargo de toda la hacienda de Potifar, sin que su éxito le corrompiese. Al contrario, se negó a ceder a las insinuaciones de su ama (Gn. 39:9). Sin embargo, acabó en la cárcel. Vuelta al principio.

En la cárcel Dios hizo tres cosas con José: (1) estuvo con él; (2) le extendió su misericordia; (3) le dio gracia a los ojos del jefe de la cárcel (Gén. 39:21).

Nuevamente, fue puesto al cargo de todo (Gén. 39:22-23). José nunca olvidó de dónde provenía su éxito, y retuvo su fidelidad a Dios en toda circunstancia.

E.        Los sueños de Faraón. Génesis 40:1-41:36.

Tras interpretar los dos sueños, el del copero y el del panadero, José espera una pronta liberación de la cárcel (Gén. 40:14-15). Pero la libertad no llegó.

Luego, leemos de dos nuevos sueños y de otro soñador preocupado, deseoso de conocer su significado. Tras dos años de espera, el tiempo de Dios había llegado (Gén. 41:1-14).

Ante Faraón, José sigue sin olvidar de quién depende su éxito: “No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón” (Gén. 41:16).

Tras muchos años de espera, al ser puesto sobre toda la tierra de Egipto, comenzaba a vislumbrarse el cumplimiento de los dos sueños de José (Gén. 41:41).

Conclusión
ss

C

No hay comentarios:

Publicar un comentario