Textos Claves: Isaías 53:10; Génesis 22; Job 1:6–2:10; Isaías 43:1–7; Oseas 2:1–12, 2 Corintios. 11:23–29.
Por: Josué Vera Guzmán
El ejemplo de la disposición de Abraham a sacrificar a su propio hijo en obediencia a Dios nos indica una confianza incondicional en Dios, aun cuando los mandatos de Dios no tengan sentido aparente. La dolorosa relación de Oseas con su esposa infiel revela el sufrimiento de Dios causado por nuestra infidelidad, su presencia continua en nuestra vida y su obra para restaurar las relaciones con un pueblo descarriado. La decidida lealtad de Job a Dios, aun cuando su propia esposa lo instaba a maldecir a Dios, nos enseña que evitar el sufrimiento y la muerte no es el objetivo final de la vida. Junto con Job, Pablo nos enseña que el amor y la fidelidad a Dios, a su Reino y a su misión en el mundo es la experiencia más satisfactoria de la vida cristiana.
A. El crisol de Abraham.
De repente y sin explicación, Dios llama a Abraham para que ofrezca a su hijo como holocausto. Si no conociésemos el final de la historia, pensaríamos que la petición de Dios es caprichosa e irracional. Génesis 22:2.
La Biblia dice claramente que esto fue una prueba por parte de Dios (Heb. 11:17). ¿Qué tenía Abraham que demostrar? ¿O, tal vez, la demostración era para los seres celestiales? ¿O, simplemente, quería que Abraham aprendiese una lección?
De repente y sin explicación, Dios llama a Abraham para que ofrezca a su hijo como holocausto. Si no conociésemos el final de la historia, pensaríamos que la petición de Dios es caprichosa e irracional. Génesis 22:2.
La Biblia dice claramente que esto fue una prueba por parte de Dios (Heb. 11:17). ¿Qué tenía Abraham que demostrar? ¿O, tal vez, la demostración era para los seres celestiales? ¿O, simplemente, quería que Abraham aprendiese una lección?
Dios tenia el propósito de que la ofrenda de Isaac prefigurara el sacrificio de su Hijo. Isaac fue un símbolo del Hijo de Dios, que fue ofrecido como sacrificio por los pecados del mundo. Dios deseaba impresionar en Abraham el evangelio de salvación para los hombres; y a fin de convertir la verdad en una realidad y probar su fe, requirió de Abraham que matara a su querido Isaac. Toda la agonía que sufrió Abraham durante esa oscura y terrible prueba tenia el propósito de impresionar profundamente en su entendimiento el plan de redención para el hombre caído (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 1, p. 1108).
B. El Israel rebelde
El reino de Israel se había alejado de Dios, y adoraba a otros dioses. Por esta razón, Dios permitió que sufrieran diversas pruebas:
- Oseas 2: 2, 3. Envió sequía para que pasase sed
- Oseas 2: 5-7. Le rodeo de “espinos”, dificultades
- Oseas 2: 8, 9. Le quitó el trigo, la lana y el lino que ofrecían a los baales
- Oseas 2:10, 111. Si no cambiaba, haría cesar todo motivo de gozo
Si hemos de preparar el camino para él, necesitamos aumentar nuestra fe, tener menos confianza y seguridad en lo que podemos hacer, y mucha más confianza en lo que el Señor está deseando hacer por nosotros individualmente. Necesitamos, en mucho mayor medida de lo que tenemos ahora, el deseo del alma de estar en comunión con Dios. Debemos suplicar con más fervor. Si busca al Señor su Dios, ciertamente lo hallará si lo busca de todo corazón y con toda el alma… (Alza tus ojos, p. 331).
C. Sobrevivir mediante la adoración.
Hay algo asombroso aquí. Los ángeles vienen a ver a Dios y Satanás viene con ellos. Dios pregunta a Satanás de dónde viene, y Satanás responde que viene “de rodear la tierra y de andar por ella” (Job 1:7).
Al llamar la atención de Satanás sobre Job, Dios provoca, y permite, una serie de acontecimientos desastrosos (Job 1:8-12).
Al llamar la atención de Satanás sobre Job, Dios provoca, y permite, una serie de acontecimientos desastrosos (Job 1:8-12).
Hay maldad en nuestro mundo, pero no todo el sufrimiento es el resultado de una conducta pervertida. Se nos presenta a Job claramente como un hombre a quien el Señor permitió que Satanás afligiera. El enemigo lo despojo de todo lo que poseía; se rompieron sus vínculos familiares; perdió a sus hijos. Durante un tiempo el cuerpo se le cubrió de llagas repugnantes, y sufrió muchísimo. Sus amigos vinieron para consolarlo, pero trataron de convencerlo de que era responsable de sus aflicciones por su proceder pecaminoso. Sin embargo, él se defendió y negó la acusación declarando: «Consoladores molestosos sois todos vosotros». Al intentar hacerlo culpable delante de Dios y merecedor de su castigo, lo sometieron a una penosa prueba y describieron erróneamente el carácter de Dios. Con todo, Job no se apartó de su lealtad, y Dios recompensó a su fiel siervo (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 3, p. 1159).
¿Por qué provoca Dios este sufrimiento? Podemos responder a una situación así de dos maneras: amargándonos y rechazando a Dios; o aferrándonos a Él con más fuerza. La reacción de Job fue la adoración ¿En qué consistió su adoración (Job 1:20-21)?
- “Desnudo salí … desnudo volveré”: Acepta que no tiene derecho a nada
- “Jehová dio, y Jehová quitó”: Reconoce que Dios tiene el control de su vida
- “Sea el nombre de Jehová bendito”: Afirma su fe en la justicia de Dios
D. Cómo sobrevivir gracias a la esperanza.
Como apóstol escogido por Dios, Pablo había soportado más que la mayoría de la gente. Sin embargo, Pablo no se doblegó, sino que creció en su alabanza a Dios
Pablo enfrentó los sufrimientos con la seguridad de que Dios podía librarlo (2Co. 1:10), y de que contaba con la ayuda de los santos, a través de la oración (2Co. 1:11).
Es vuestro privilegio recibir gracia de Cristo, quien desea capacitaros para confortar a otros con el mismo consuelo con que vosotros sois confortados en Dios… Que cada uno trate de ayudar al que está a su lado. Así tendréis un cielo en miniatura aquí en la tierra, y los ángeles de Dios obrarán por vuestro medio para causar la debida impresión… Tratad de ayudar siempre que os sea posible hacerlo. Cultivad la mejor disposición, de modo que la gracia de Dios pueda derramarse ricamente sobre vosotros. (La maravillosa gracia de Dios, p. 122).
Estaba seguro de que estos sufrimientos le ayudaban a confiar menos en él y más en Dios (2Co. 1:9).
Se sentía consolado por Dios en las pruebas, y sabía que esto le permitía consolar a otros que estuviesen pasando por experiencias similares (2Co. 1:4).
E. Calor Extremo.
Es cierto que, mientras vivamos en esta Tierra llena de pecado, entenderemos solo un poco de por qué suceden las cosas.
Que Dios nos someta a calor extremo puede hacernos dudar de su carácter justo y amante. Pero no debemos dudar de los motivos de Dios (aunque no los comprendamos), de su amor (Sal. 103:13), ni de su protección y cuidado (1Co. 10:13).
Que Dios nos someta a calor extremo puede hacernos dudar de su carácter justo y amante. Pero no debemos dudar de los motivos de Dios (aunque no los comprendamos), de su amor (Sal. 103:13), ni de su protección y cuidado (1Co. 10:13).
Los que dejan de sentir que dependen constantemente de Dios, serán vencidos por la tentación. Podemos suponer ahora que nuestros pies están seguros y que nunca seremos movidos. Podemos decir con confianza: Yo sé a quién he creído; nada quebrantará mi fe en Dios y su Palabra. Pero Satanás está proyectando aprovecharse de nuestras características heredadas y cultivadas, y cegar nuestros ojos acerca de nuestras propias necesidades y defectos. Únicamente comprendiendo nuestra propia debilidad y mirando fijamente a Jesús, podemos estar seguros (El Deseado de todas las gentes, pp. 345, 346).
En todo caso, Él ha prometido que, en las pruebas, “yo estaré contigo” (Isaías. 43:2).
De forma resumido:
- ¿Qué sentido tiene, pues, que Dios nos someta a calor extremo?
- ¨ Dios no pretende destruirnos a nosotros, sino a nuestro pecado
- ¨ No quiere nuestro sufrimiento, sino que crezcamos y seamos más puros
- ¨ Él nunca nos dejará solos, sino que cuidará de nosotros
Conclusión
Se le impuso esta terrible prueba a Abraham para que pudiera ver el día de Cristo y comprender el gran amor de Dios hacia el mundo, tan grande que para levantarlo de su degradación dio a su Hijo unigénito para que sufriera la muerte más ignominiosa” (DTG 434).
En otra parte, Elena de White reúne los dos propósitos del mandato de Dios en Génesis 22: “Fue para grabar en la mente de Abraham la realidad del evangelio, así como para probar su fe, que Dios le mandó sacrificar a su hijo.
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